Los avances tecnológicos y sanitarios han ido mejorando a lo largo de los años, lo cual ha significado una mayor calidad de vida para toda la sociedad y muy especialmente para aquellas personas con algún tipo de discapacidad.
Pese a ello, parece que todavía en pleno siglo XXI, la mentalidad de nuestra sociedad no avanza al mismo ritmo como lo hace la medicina o la tecnología. Esto se refleja en los numerosos actos de discriminación dirigidos a personas que están afectadas por algún tipo de enfermedad o discapacidad. Un ejemplo de ello es el caso que se ha dado en unas piscinas públicas del parque Simón Bolívar de Colombia, donde un grupo de 25 niños con Síndrome de Down han sido vetados a la utilización de estas instalaciones. La razón de todo ello es que el administrador del lugar dijo que este grupo de deportistas afectados por la enfermedad, entrenó por dos horas en el complejo y dejó el agua contaminada.
En esta cuestión es necesario tener en cuenta la versión de las partes afectadas. Por una, encontramos la negativa a la utilización de estas instalaciones por parte del consorcio de Piscinas hacia los niños afectados por el síndrome de Down. Por otra, en cambio, hemos de tener en cuenta que dichas piscinas son de uso público, por lo que todo el mundo puede utilizarlo – niños, hombre, mujeres, ancianos- . Pero, ¿cómo podemos solucionar este problema?
Desde mi punto de vista, los niños que tienen esta discapacidad son personas que requieren mayor cuidado y atención que los demás. No por ello, se justifica el hecho de que haya que excluirlos del uso de estas instalaciones. Sin embargo, todos los demás usuarios están en su derecho de utilizar las piscinas en buenas condiciones higiénicas, ya sean deportistas de élite o no.
Es necesario tener en cuenta que el objetivo de las piscinas es que todos los usuarios – presenten o no deficiencias- puedan disfrutar de las instalaciones, para ello es necesario buscar el bien común.
Considero que lo más acertado para ambas partes, es que los niños –sin ánimo de exclusión o discriminación- utilicen unas piscinas menos frecuentadas o adaptadas a sus necesidades dentro de las mismas instalaciones, o bien que consigan controlar sus esfínteres pese a las dificultades que ello presenta, o al tiempo de dedicación que supone para que ello se logre. De esta forma, ni unos ni otros se verán afectados ya que todos podrán disponer de estas instalaciones de forma cómoda e higiénica.
http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/2008-07-16/denuncian-veto-a-ninos-con-sindrome-de-down-en-piscinas-del-parque-simon-bolivar_4379601-1
Andrea F.
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