martes, 27 de octubre de 2009

¿Excesivo protagonismo del catalán en la escuela?


Pajín (PSOE) dice que los niños catalanes conocen el castellano igual o mejor que el resto de niños españoles

Al ser preguntada en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Permanente del PSOE por si los modelos lingüísticos que el PSOE va a defender en Euskadi y en Cataluña podrían generar algún problema de coherencia en el partido, Pajín recordó que el Ejecutivo acaba de proponer "un gran pacto por la educación" y aseguró que el PSOE y el Gobierno "siempre han garantizado que las leyes de educación autonómicas cumplan con la ley general de educación y con los estatutos de autonomía".
Además, Pajín recalcó que los socialistas "siempre ha defendido la calidad en la formación y la educación de los niños" y destacó que "lo más importante" es que los niños "tengan garantizado el conocimiento y el uso de las dos lenguas oficiales de una comunidad autónoma". Teniendo esto en cuenta, pidió acudir a los "indicadores que han estudiado la situación de los niños y niñas en Cataluña" y que "demuestran que los niños y niños catalanes saben y conocen la lengua española exactamente igual que en otras Comunidades Autonómas e incluso tienen mejores resultados que en otras comunidades autónomas en este tipo de exámenes".



Al respecto de este tema, como de cualquier otro, son bienvenidas todas las opiniones y aportaciones, así pues... ¿Qué opinión os merecen los modelos de inmersión lingüística?
Como ya sabemos, en los modelos lingüísticos de inmersión o semi-inmersión, la segunda lengua tiene una preponderancia total -en el primer caso- o de un porcentaje muy alto -en el segundo-. El objetivo de este modelo de enseñanza de lenguas, y la razón de que se de absoluta preferencia en el currículo a una de ellas, es tratar de equipararlas en su influencia y uso en el ámbito escolar, considerando que la segunda lengua está en desventaja en el territorio en los ámbitos familiar y socio-cultural.
Seguramente la lógica nos dicte que, puesto que es menor la influencia de la segunda lengua en el ámbito de lo social, deberíamos tratar de compensarlo desde la escuela.Es una gran idea, pero el hecho es que en su planteamiento actual -consideradas las circunstancias en que se aplica- ofrece algunos inconvenientes importantes.
El primero y más importante concierne a la disociación entre la lengua que se habla en el cole y la lengua materna que se habla en casa, y repercute en el aprendizaje de los niños y niñas. Me explico: Tal vez el monopolio de la segunda lengua en el currículo -aunque parezca la elección más justa en lo que respecta al tratamiento de las lenguas- no es una decisión del todo acertada cara al aprendizaje de algunos niños, si no se realiza desde una edad temprana y tendiendo puentes entre ambas lenguas como instrumento de aprendizaje.
Pero existe un problema más radical aún: Quizás representa una contradicción ofrecer los contenidos de las asignaturas enteramente en la segunda lengua cuando la única lengua que se conoce en el hogar es la otra. Hay que considerar que, a medida que se avanza en los grados educativos, el nivel de exigencia técnico de la asignatura aumenta a la par que el grado de exigencia en lo lingüístico -instrumental léxico relacionado con la materia-.
Ya en el segundo ciclo de Primaria la complejidad de las materias y del vocabulario asociado a ellas que se emplea en el modelo D -inmersión- es bastante elevado. Esto exige, por parte de los niños-as, haber desarrollado una serie de competencias lingüísticas en esa lengua para poder adaptarse a los requisitos de ese nivel. En caso de no haber alcanzado dichas competencias, encuentran dificultades en comprender los contenidos y las materias. Las dificultades parten, como algunos niños cuentan, de que no comprenden suficientemente los contenidos cuyo idioma vehicular es distinto de su lengua materna. Esto implica, además, que no pueden recibir ayuda de sus padres a la hora de aclarar alguna duda o hacer las tareas cuyo enunciado ellos mismos no comprenden. En el caso de que fuera su lengua materna, evidentemente la cosa cambiaría.
Por eso, algo conduce a pensar que este modelo de inmersión no es apropiado para todas las circunstancias. Debería considerarse muy especialmente la lengua materna de los niños a la hora de matricularlos en uno u otro modelo; por tanto, no toda la responsabilidad recae sobre los docentes, y tampoco es que deba de modificarse la idea original del modelo de inmersión. Simplemente, a nuestro juicio, debería modificarse un factor que suele parecer insignificante, pues a la larga, la experiencia demuestra que tiene mayor peso de lo que se creía: ha de tenerse en cuenta la lengua materna de un niño cuando se elige un modelo lingüístico para su aprendizaje.
Ainhoa.R.

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